El papel de los ingenieros/as y su capacidad de adaptación durante la COVID-19

Todo parece indicar que la crisis de la COVID-19 va para largo y que tardaremos tiempo en recuperar los niveles macroeconómicos previos a la pandemia. Es por eso por lo que necesitamos entender qué está pasando en España, en Europa y en el mundo entero. ¿Qué está cambiando, cómo estamos influyendo en este cambio, qué nos depara el futuro y cómo podemos anticiparnos a ello?

Gracias a nuestra capacidad de adaptación, los seres humanos hemos conseguido sobreponernos a las dificultades y cambios que hemos sufrido a lo largo de la historia. Es precisamente esta capacidad la que desde Claire Joster, tratamos de buscar en los candidatos y potenciamos en aquellas personas que acuden a nosotros en búsqueda de un nuevo reto profesional. La capacidad de adaptación es clave para tener éxito en un mundo tan cambiante como el que nos espera. ¿Es algo esencial también en el ámbito de la ingeniería? Sin ninguna duda. Cualquier candidato que accede al mercado laboral debe tener o potenciar su adaptabilidad. A fin de cuentas, el éxito en su nuevo rol estará estrechamente ligado a la capacidad para ajustar su comportamiento a nuevas situaciones que el SARS-CoV-2 genera constantemente.

Es importante entender, en este contexto, que los ingenieros/as han jugado un papel fundamental durante la pandemia. Son perfiles con una alta capacidad de adaptación, que aportan una gran cantidad de soluciones a los problemas que se han ido presentando en el día a día: acondicionando espacios a nuevas realidades o rediseñando líneas productivas de fábricas para ajustarlas a las nuevas necesidades que iban surgiendo estos últimos meses. De hecho, importantes empresas del sector industrial que han sido capaces de parar su producción diaria para producir aparatos vitales en los peores momentos de la pandemia. Fábricas enteras con más de 100 y 200 trabajadores que han reordenado sus líneas productivas para hacer aparatos nunca imaginados en sus industrias. Además, es importante destacar distintos equipos de ingeniería que han diseñado y ejecutado unas instalaciones en tiempo récord (72 horas), en concreto el hospital de IFEMA montado durante la primera ola de la pandemia. Este hospital fue capaz de atender a más de 4.000 pacientes durante más de 35 días muy intensos con actividad frenética y a contrarreloj. La capacidad de estos ingenieros fue clave a la hora de crear estos espacios y aliviar la presión en los distintos hospitales.

Hoy en día, lo que está en juego dentro de la industria está vinculado a la capacidad de producción, que debe optimizarse rápidamente para conseguir una mayor producción. Pero también es cierto que debe hacerse más flexible, con el objetivo de satisfacer el mayor número de pedidos posibles. Estos desarrollos están basados en habilidades dominadas por ingenieros, capaces de revisar productos y procesos de acuerdo con las nuevas limitaciones y con la ayuda de las últimas tecnologías. Este pequeño impulso requiere no solo el uso de los métodos y herramientas de trabajo más eficientes, sino también de un número suficiente de profesionales. A pesar de la ausencia física de muchos empleados y es que este es uno de los pocos puntos positivos de esta crisis: la confianza en el teletrabajo. Los equipos distribuidos han tenido la oportunidad de probar su eficiencia a distancia, en ocasiones, incluso dando mejores resultados que desde la oficina.

Estamos cerca del momento en que la industria se adaptará profundamente a esta “nueva normalidad”. También en este caso, optimización y flexibilidad serán dos palabras clave: optimización de las flotas, rediseño de productos para una mayor versatilidad, flexibilidad de líneas de producción (velocidad, tecnologías, naturaleza de la producción…). A las optimizaciones técnicas, debemos añadir finalmente la optimización de las inversiones, que bien conoce el sector industrial y ha demostrado sus conocimientos técnicos.

A diferencia de la crisis del 2008, las empresas de ingeniería no sufrirán tantos recortes o pérdidas, ya que todas ellas están apostando por la internacionalización. Hecho que ofrece cierto colchón. La ingeniería española destaca por su alto contenido técnico y por su alta inversión en tecnología, lo que hace que sea puntera en su sector. Gracias a esto, las ingenierías españolas tienen alrededor de un 90% de su cuota de mercado fuera de España, con lo que serán capaces de mitigar los efectos de la crisis.